QUIENES SOMOS


Los 28 años que llevamos en este proceso de trabajo popular, enfocando nuestra práctica en todo lo que a educación y comunicación alternativa se refiere, nos ha dejado valiosos aportes, materializados en: Metodología de trabajo comunitario, formación social, organización e integración con la comunidad, rescate y fomento de nuevos valores, conformación de una estructura orgánica y consolidación de áreas de trabajo con sus respectivos grupos y planes determinados.

El trabajo nuestro partió de unas necesidades concretas: Generar un proceso de concientización y organización con la comunidad que posibilitara el desarrollo y la creación de espacios nuevos, donde la educación, el trabajo pastoral, la cultura, el arte y la comunicación se convirtieron en nuestro quehacer diario.

Es por esto que el trabajo de Zapamanga, iniciado desde una óptica puramente pastoral en el año de 1979, crea el material humano disponible para diversas propuestas de organización popular, como el grupo Carnaval, niños que inicialmente fueron preparados en catequesis y en misa de niños, el club de amas de casa, el grupo de bibliotecarios del Comité Cultural, jóvenes promocionados de los Encuentro Juveniles.

La conformación de estos grupos, es lo que hace posible generar diversas experiencias, una de estas es el impulso de uno de los micro –medios de comunicación más importante: La prensa, surge del análisis realizado que nosotros como miembros de un sector popular no encontramos en los medios masivos de comunicación un apoyo real y permanente, por esta razón se recurre a micro–medios como el periódico, con el objetivo de impulsar nuestro propio proyecto de una manera crítica y donde se tuviera la posibilidad real de expresar y comunicar las inquietudes y problemas que como sector popular tenemos. Por esto en Noviembre de 1979, nace el periódico “LA MURALLA” que se constituyó como el órgano informativo del Comité Cultural, el cual dio respuesta en sus artículos a las necesidades del sector partiendo del análisis de coyuntura internacional y nacional para aterrizar en el análisis de nuestra localidad.

La continua sensibilización de la población a la interacción comunitaria y a la creación de nuevas formas de utilización del tiempo libre, hace posible la gestación de otros proyectos como la Biblioteca, que desde la misma marcha del libro, efectuada en Julio de 1.980, se convierte en un aspecto formativo, educativo y cultural, revalidando aquellos conceptos tradicionalistas, que consideran a las bibliotecas como simples depósitos de libros, para enmarcarse en una educación no formal que propende por el bienestar social del individuo y de la colectividad.

Este proyecto ha permanecido en el tiempo gracias a la participación voluntaria de hombres y mujeres de la comunidad, encargados de la atención de la biblioteca y del desarrollo de proyectos alternos que le contribuyen en el pago de servicios e infraestructura, ejemplo de ello es el nacimiento del Proyecto Café-Arte COCUZA y alquileres, impulsado especialmente por un grupo de mujeres amas de casa de la comunidad pertenecientes a la Organización, quienes se propusieron no dejar morir este proyecto de tanta necesidad para los niños(as) y jóvenes del sector.

Ha pesar de que la Biblioteca ofrece un servicio público ha sido muy difícil obtener el apoyo permanente de la Administración municipal, sin embargo, las gestiones internas que ha hecho la organización y el reconocimiento interinstitucional de nuestro trabajo como serio y comprometido, han contribuido al establecimiento de relaciones con entidades de tipo cultural de la localidad, con las cuales se coordinan actividades de extensión cultural.